Lo sabemos, el picor causado por el eccema puede ser desesperante, pero hay formas de aliviarlo. La buena noticia es que hay formas naturales de darle una tregua.
Te contamos los remedios caseros y productos efectivos para calmar la piel irritada.
No es tu imaginación. El picor asociado al eccema tiene múltiples causas:
Inflamación de la piel: El sistema inmunológico reacciona de forma exagerada, causando enrojecimiento, irritación y picor.
Sequedad extrema: Si tu piel pierde su hidratación natural, todo molesta. Desde el aire hasta tu propia ropa, y es más propensa al picor.
Liberación de histamina: Durante los brotes, el cuerpo libera histamina, una sustancia que agrava la sensación de picor.
Daño en la barrera cutánea: Cuando la barrera protectora de la piel está comprometida, los alérgenos e irritantes penetran con mayor facilidad, generando inflamación y picor.
Si bien los tratamientos médicos son necesarios en muchos casos, los remedios naturales pueden ofrecer un alivio adicional, especialmente para calmar la piel de forma segura y sin efectos secundarios para cuidarte como te mereces.
Avena coloidal
Un clásico en el tratamiento del eccema. Añadir avena coloidal al baño o aplicar en forma de compresa ayuda a calmar la piel gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Ideal para usar durante brotes.
Aceite de coco
Este aceite natural es rico en ácidos grasos y tiene propiedades antibacterianas. Hidrata en profundidad y ayuda a restaurar la barrera cutánea. Aplícalo después del baño sobre la piel húmeda.
Compresas frías
Las compresas frías o paños húmedos colocados sobre la piel afectada pueden reducir el picor rápidamente. Úsalas durante 10-15 minutos para aliviar los síntomas sin necesidad de rascar.
Aloe vera
El gel natural del aloe vera tiene un efecto calmante y cicatrizante. Es excelente para reducir el enrojecimiento y la sensación de ardor en la piel irritada.
CBD
El CBD, nuestro ingrediente estrella, un compuesto derivado del cannabis. Ayuda a calmar el sistema cutáneo, a reducir la inflamación y a bajar el volumen del picor. Algunos estudios sugieren que puede reducir el picor y mejorar la hidratación de la piel. Ideal si buscas algo que actúe en profundidad.
Además de los remedios caseros, ciertos productos comerciales diseñados para pieles atópicas pueden ofrecer un alivio eficaz
Spray calmante
Los sprays calmantes con ingredientes como agua termal, avena, zinc o CBD pueden proporcionar un alivio inmediato del picor sin necesidad de frotar la piel. Ideales para usar durante el día o antes de dormir.
Cremas emolientes sin corticoides
Las cremas emolientes ayudan a mantener la piel hidratada y protegida. Busca fórmulas sin perfumes, sin alcohol y sin corticoides, con ingredientes como ceramidas, manteca de karité o glicerina. Úsalas varias veces al día, especialmente después del baño.
Adoptar algunos hábitos diarios puede marcar una gran diferencia en el control de los síntomas. Te compartimos algunos tips que te pueden ayudar a aliviar el eccema:
Hidratación constante
Hidrata la piel al menos dos veces al día, incluso cuando no hay brotes. Una piel bien hidratada es menos propensa al picor y a la irritación.
Evitar el rascado
Sí, lo sabemos. Cuando pica, dan ganas de rascarse. Pero rascarse solo empeora la situación, ya que rompe la piel y aumenta el riesgo de infección. Usa guantes de algodón para dormir, mantén las uñas cortas y aplica compresas frías para calmar el picor.
Control del estrés
Spoiler, el estrés es uno de los principales desencadenantes de los brotes. Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda. Dormir bien también ayuda a mantener el sistema inmunológico equilibrado.
Avena coloidal en baños, aceite de coco virgen, compresas frías, gel de aloe vera puro y cremas con CBD son remedios naturales que ayudan a calmar el picor y reducir la inflamación.
Hidrata la piel varias veces al día, evita el uso de productos irritantes, mantén la piel fresca con compresas frías y controla el estrés, ya que puede agravar los síntomas.
Usar cremas emolientes sin perfume, secar con toques suaves, vestir con tejidos suaves como algodón, y escuchar lo que tu piel pide (y lo que rechaza).
